sábado, 23 de agosto de 2014


En todas las artes creativas tales como la literatura, la danza o las artes plásticas se acepta generalmente que un individuo debe estudiar para perfeccionar su oficio.

Solamente en la actuación se suele decir que la mejor manera para aprender es subirse a un escenario y hacerlo. De ser esto cierto, para tocar un estudio de Chopin solo habrá que sentarse frente al piano y comenzar a tocar. Desde luego, esto es imposible. Hay que ponerse a estudiar las notas y las escalas primero, o sea que la primera tarea de un artista es dominar su instrumento. En el caso del pianista es el piano, pero en el actor, su instrumento es él mismo.

Por lo tanto un actor requiere de procesos creativos.
El talento nunca estorba, sin embargo un buen entrenamiento puede concretar ese potencial y construir un verdadero artista.


 
El Método es una síntesis de los procesos actorales empleados por grandes actores a través de los siglos para superar los diversos problemas que plantea la representación escénica. El Método no viene a suplir ninguna otra forma de actuar, es una aportación más a todas ellas.

Stanislavsky fue el primero en reconocer la universalidad de los procesos creativos empleados por los actores extraordinarios y formuló un sistema moderno para abordar la actuación.
Posteriormente Lee Strasberg se interesó por los descubrimientos de Stanislavsky en torno a la naturaleza psicológica del actor y estudió las formas de entrenamiento que desarrolló.
Por más de diez años, Strasberg, experimentó, adaptó y desarrolló el sistema de Stanislavsky, así como sus propios conceptos sobre el teatro moderno.
De ésta manera logró codificar procesos sólidos para actuar: El Método, que constituye una de las aportaciones más importantes del siglo XX.


 

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